El Comedor

No señor, no es de recibo lo que está pasando en el CEIP Olivar de Quintos con el servicio de comedor. El espacio físico destinado a comedor ya era pequeño el curso pasado, motivo por el que muchos niños se quedaron fuera, situación que este año se ha agravado por el hecho de la conversión del cole en C3 con el consiguiente aumento de alumnos. Y para que no ocurriera lo del año pasado, y ante la petición de los padres cuyos niños se habían quedado fuera este año, al señor delegado no se le ocurre otra que autorizar un tercer turno de comedor...
Ya no hablamos de las condiciones higienico-sanitarias que se le presuponen a estos servicios, ni hablamos de la comida, perfectamente equilibrada pero de cuestionable apetencia para niños a estas edades, pero lo que no es de recibo es que nuestros hijos tengan que comer como lo hacen:
niños del tercer turno que comen a partir de las 15:30 h, por Dios que hambre !!!, niños de los dos turnos anteriores que comen a la carrera, sin tiempo para acabar los platos, con las monitoras metiendoles prisa continuamente, a voces, y con un estrés que la mayoría de nosotros no aguantaría. Luego salen con el sellito en la mano que indica cómo han comido, y que casualmente suele ser bien o muy bien, cosa que por supuesto no se cree nadie, sobre todo como cuando hoy mi hijo me cuenta que no se ha podido terminar el plato de comida porque su monitora se lo ha retirado a la mitad, igual que la cucharada que ya se llevaba a la boca. O como la mayoría de los días en que ni prueban el postre simplemente por no tener tiempo.Y estos son solo algunas cosas que desde su más tierna inocencia nos cuentan para el dolor de nuestro corazón.
Y yo me pregunto, entre otras cosas, si los hijos e hijas de los que mandan comerán igual de bien, si el señor delegado de educación o el señor presidente de la Junta dejarían que sus niñ@s comieran en estas condiciones tan lamentables que sufren nuestros hijos.
Decir que el AMPA ya se ha movilizado, y que la solución que dan desde la delegación es que los niños coman en el pasillo para así evitar el tercer turno : de vergüenza, o de sinvergüenzas más bien.